La oración es necesaria para el alma. Ella es la contemplación de los
sentimientos más sublimes. Vemos que el niño ora. Esta es una llamada. Así como
la respiración es necesaria para el cuerpo, de la misma manera la oración es
necesaria para el alma. El hombre necesita mucho más del aire que de la comida.
Se ha comprobado que como mucho, el hombre puede vivir hasta 25 minutos sin
aceptar aire, y si igualamos el aire con la oración, - que es un alimento para
el alma -, veremos cuán grande es la necesidad de ella.
La oración es el acto más fuerte en la vida humana. Ella concentra los
pensamientos, los sentimientos y la voluntad humana en uno. Tal oración es
potente, ella hace milagros. Con la oración y el canto se alimenta el alma del
ser humano. Y la oración es algo que nos une desde nuestro origen como pueblo
de Dios.
Así podemos ver su trascurso histórico es esta pequeña obra, que sigue
tres ejes:- Primero, las oraciones sinagogales o familiares más habituales del pueblo de Israel.
- Luego, unos pocos ejemplos de la etapa que podría cubrir el paso entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
- En tercer lugar, unos pocos ejemplos testimoniales de la etapa cristiana, es decir, el testimonio de algunas plegarias concretas, surgidas del corazón de fervientes cristianos.
No hay espacio para más. Sí que lo hay para decir que a nosotros, para
orar, siempre nos quedan los Salmos.
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