miércoles, 26 de marzo de 2014

La fuente de la paz, en Edic. Ciudad Nueva

En este libro, premiado en Venezuela, el autor profundiza en la naturaleza de la paz como realidad teologal, buscando su fuente original en la vida de Dios Trinidad y en la Revelación.
La koinokía vivida entre las tres Personas divinas está también muy presente en los  signos y palabras que nos presenta el evangelio según san Juan, como hace resaltar el autor. “El Padre y yo somos una sola cosa” (10, 30); “El que me ha  visto a mí, ha visto al Padre” (14, 10) “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”  (14,11ss); “Son sólo algunas de las expresiones de Jesús referidas al Padre con las que nos  revela el cuarto evangelio la unidad profunda entre cada una de las Personas de la Trinidad.  Es una relación de amor en la cual Cristo mismo pide que seamos incluidos sus seguidores  para dar ante el mundo el testimonio de la comunión divina que fundamenta nuestra fe: “Que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean  perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal  como me has amado a mí.” (17, 22s).

Basados en la revelación de la comunión de amor entre el Padre y el Hijo, los  cristianos de las primeras comunidades comenzarán a experimentar de manera concreta las  implicaciones de la puesta en práctica de la misma unidad en el Espíritu: “Se dedicaban  continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión [Koinonía], al partimiento  del pan y a la oración.  en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes, y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan  en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y  hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos nuevos  miembros” (Hch 2, 42ss). Esta misma realidad de comunión con Dios y entre los hermanos  es a la que invitan  muestra así la enseñanza bíblica que la comunión que se vive al interno de Dios Trinidad  debe ser asumida y puesta en práctica por parte de los cristianos en cada momento de la  historia: “Mantened la unidad del espíritu con el vínculo de la paz”, nos dirá el apóstol  Pablo (Ef 4,3) y  del amor resonará siempre en los corazones de los cristianos: “El que no ama a su hermano,  a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos  de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano”. Precisamente así lo cantará el  Ubi caritas, el bello himno de la Iglesia compuesto en la Edad Media para acompañar la  celebración del Jueves Santo: Donde hay caridad y amor, allí está Dios… es una invitación  que permanece como un desafío para los creyentes de todos los tiempos, llamados a  actualizar continuamente la realidad divina en medio de la vida de los hombres en el  mundo.
Christian Yepes, tras un recorrido teologal en la unidad de las tres personas divinas, realiza un breve recorrido sobre el tema de la paz en la enseñanza y vida de la Iglesia. De esta forma, una vez asentados los fundamentos trinitarios, bíblicos y eclesiales, en la última parte de la obra trata los aspectos concretos que en nuestra historia humana nos ayudan a ser constructores de paz. Al final, en apéndice, homilía del papa Francisco en la vigilia por la paz en Siria (7-9-2013).

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