martes, 18 de febrero de 2014

La Teología de Joseph Ratzinger. Una Introducción, de Pablo Blanco

Hace tiempo conocí a Pablo Blanco por un libro que editó en la colección Astrolabio de EUNSA bajo el título Joseph Ratzinger.Una biografía; sinceramente me encantó la presentación que realizó de la gran figura del entonces Cardenal Ratzinger. No podía ser de otra manera, pues Pablo Blanco es doctor en filosofía y en teología y licenciado en filología. Se ha ocupado de estética y hermenéutica, relaciones entre fe y razón, ecumenismo y teología de los sacramentos. En la actualidad es profesor de teología Dogmática en la Universidad de Navarra. Ha publicado ensayos, artículos en revistas de su especialidad y tres monografías: Hacer arte, interpretar el arte. Estética y hermenéutica en Luigi Pareyson (1997, 1998), Joseph Ratzinger: razón y cristianismo. La victoria de la inteligencia en el mundo de las religiones (2005) y La Cena del Señor. La Eucaristía en el diálogo católico-luterano después del concilio Vaticano II (2009). Sobre la vida y la obra del teólogo alemán ha publicado además de la obra ya indicada , Benedicto XVI, el papa alemán (2010). En la colección Albatros apareció su Estética de bolsillo (2001, 2007). Ha creado el Foro de Estudios "Joseph Ratzinger".
La presente obra es fruto de algunos artículos publicados en los últimos años, de varios libros y sobre todo de la tesis del autor, que versó sobre el pensamiento de teólogo Ratzinger. Como él mismo ha confesado, no pretendía recoger en el presente tratado el magisterio del Papa Benedicto XVI, sino su pensamiento antes de la elección, sin embargo de esta forma su obra quedaría mutilada, fue el objeto de la misma es ofertar "un mapa de su viaje teológico".

Nos encontramos pues sobre todo ante una guía, una síntesis, una introducción, una invitación a la lectura de las fuentes. En esta síntesis, divide los temas fundamentales de la teología ratzingeriana en distintos apartados. En primer lugar, tras un breve recorrido histórico para conocer los maestros de la teología ratzingeriana, se refiere a lo que llama fuentes de su pensamiento: junto a la Escritura, la liturgia, la Iglesia y el mismo arte —sobre todo la música— constituyen puntos de partida de su pensamiento teológico. Vendrán después los denominadosfundamentos: en primer lugar el principio de la persona, que presenta su solidaridad originaria con la fe y la razón, la verdad y el amor. En lo que se refiere a los desarrollos y como concreción de dichos principios, el teólogo alemán se encontrará profundamente marcado por la «experiencia del concilio», cuya doctrina aplica al ecumenismo, a la teología del ministerio e incluso en sus ideas sobre la predicación, la escatología y la mariología. En fin, abordaremos aquí lo que se refiere a la praxis: en su época de obispo, Ratzinger se ha centrado en la teología de la creación y el misterio eucarístico y, como prefecto, su foco de interés se ampliará hacia la catequesis, Cristo y las religiones, sin olvidar una breve reflexión sobre las raíces cristianas de Europa.
De esta manera, los principios de Cristo y de sus correlativos amor, verdad y belleza nos sirven para circunscribir el pensamiento teológico de Joseph Ratzinger. Para él la teología ha de beber en la Escritura y la liturgia, leídas y recibidas en la tradición viva de la Iglesia. Por eso el Pan y la Palabra, la Eucaristía y la predicación son loslugares en los que Jesucristo se hace presente en su Iglesia, y de aquí la importancia del sacerdocio ministerial, como recuerda el Vaticano II. Gracias a ellos el pueblo de Dios se convierte en cuerpo de Cristo. Entonces la Iglesia estará en condiciones para realizar tanto su misión ad intra (ecumenismo) como ad extra (religiones,Weltethos). Para esta labor resulta indispensable no solo la profundización en la propia fe, sino el coraje de la razón, la búsqueda de la verdad y de un amor verdadero. Para difundir esta verdad revelada por Jesucristo dentro de la Iglesia, se debe tener en cuenta de modo especial la teología, la catequesis y la predicación. La mariología y su verdadero sentido cristológico y eclesiológico son también objeto de la reflexión ratzingeriana. El núcleo interpretativo que une, sitúa y da sentido a cada uno de todos estos elementos será sin duda Cristo. El arte y la belleza no ocupan sin más un cometido ornamental en todo este recorrido.
Pablo Blanco ha logrado ofrecer una magnífica introducción al que podríamos calificar sin duda alguna, el mejor intérprete del Concilio Vaticano II en nuestros días. Recomiendo sin titubeos esta obra para todo aquel que desee profundizar en la teología de Ratzinger; constituye un verdadero regalo para el lector, pues tan sólo la temática que aborda resulta sorprendente, fascinante y "enamoradiza"; a ello hay que añadir la forma en que esta sistematizado y estructurado. Es un libro necesario para poder adentrarnos en el pensamiento de nuestro Papa emérito, primero como cardenal, después como Romano Pontífice. Por último felicito a su autor por el trabajo y la gran labor que está realizando con el estudio de la figura de Ratzinger.






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